Consiste en las gestiones destinadas a la reparación, conservación y adecuación de inmuebles propiedad de algunas de las entidades para las que trabajamos. Entre estos inmuebles encontramos viviendas, locales, naves industriales, terrenos, etc.
Gestionamos una gran variedad de trabajos, aunque los más habituales son:
Se trata de una gestión bastante laboriosa, pues por lo general recibimos las quejas “en bruto”, sin apenas información sobre cuál es el problema o su origen, sobre dónde podría haber llaves operativas para acceder al inmueble, fotografías… Esta escasez de recursos convierte el trabajo en toda una labor de investigación para localizar llaves, hablar con los contactos (que no siempre se nos facilita) para obtener algo más de información y coordinarnos con terceros cuya colaboración a veces es necesaria.
En ocasiones la investigación no da los resultados que cabría desear. Esto nos obliga a enviar a un proveedor a visitar el inmueble casi sin saber qué se va a encontrar, con el consiguiente riesgo de desplazarse de manera infructuosa por no ser el oficio adecuado, por no poder acceder al inmueble o porque simplemente no haya nada que hacer.
A veces, al visitar el inmueble encontramos que la solución requerida es de cierta envergadura, y dado que en lo relativo al coste de nuestro servicio tenemos una autonomía limitada, en estos casos debemos enviar un pequeño presupuesto para su aprobación. A continuación puedes ver un ejemplo:
Gestionamos una gran variedad de trabajos, aunque los más habituales son:
- Limpiezas, para adecentar los inmuebles para su comercialización, o para evitar condiciones de insalubridad que estén afectando a inmuebles cercanos.
- Reparaciones en instalaciones de suministro de agua o de desagüe, a fin de evitar fugas de agua y las consecuentes humedades en inmuebles colindantes.
- Desbroce y limpieza de solares.
- Adecuación de viviendas para su comercialización, lo que incluye pequeñas reparaciones, limpiezas, instalación de los electrodomésticos básicos, sustitución de carpinterías de madera y metálicas, etc.
Se trata de una gestión bastante laboriosa, pues por lo general recibimos las quejas “en bruto”, sin apenas información sobre cuál es el problema o su origen, sobre dónde podría haber llaves operativas para acceder al inmueble, fotografías… Esta escasez de recursos convierte el trabajo en toda una labor de investigación para localizar llaves, hablar con los contactos (que no siempre se nos facilita) para obtener algo más de información y coordinarnos con terceros cuya colaboración a veces es necesaria.
En ocasiones la investigación no da los resultados que cabría desear. Esto nos obliga a enviar a un proveedor a visitar el inmueble casi sin saber qué se va a encontrar, con el consiguiente riesgo de desplazarse de manera infructuosa por no ser el oficio adecuado, por no poder acceder al inmueble o porque simplemente no haya nada que hacer.
A veces, al visitar el inmueble encontramos que la solución requerida es de cierta envergadura, y dado que en lo relativo al coste de nuestro servicio tenemos una autonomía limitada, en estos casos debemos enviar un pequeño presupuesto para su aprobación. A continuación puedes ver un ejemplo:
Estos presupuestos, en algunos casos, no llegan a materializarse en unos trabajos por nuestra parte, porque la propiedad decide que no quiere invertir el dinero necesario para solucionar la incidencia. Y cuando decide que sí, a veces envía su aprobación a los meses, incluso saltando de año, lo que deja obsoleto el presupuesto por haberse encarecido los costes o porque los trabajos requeridos ya no son los presupuestados. Sería el caso, por ejemplo, de un solar cuya vegetación ha variado sustancialmente su volumen con el paso de los meses.
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